Me he habituado a trazar una frontera invisible entre mi mismo y los demás. Empece a tomar una distancia perpetua ante el otro fuera quien fuese y a mantenerla mientras estudiaba su actitud. Aprendi a no creerme todo lo que la gente dice. Mis únicas pasiones sin reservas han sido los libros y la música. Y tal vez como lógica consecuencia de todo ello, me fui convirtiendo en una persona solitaria
Murakami